Se cumplen ahora 25 años del estreno en la FERIA DE TEATRO DE PALMA DEL RÍO 1998  de la versión teatral sobre “POETA EN NUEVA YORK” que pusimos en pie con motivo del Centenario del nacimiento del Poeta.

En aquel momento nuestra trayectoria se iba decantando claramente por un teatro de imágenes, ambientes y sensaciones, apoyado, casi siempre,  sobre nuevas tecnologías. 

El poemario surrealista de esta obra cumbre de la poesía en lengua castellana, nos ofrecía una posibilidad más que oportuna para profundizar en nuevas ideas sobre la puesta en escena y sobre cómo convertir textos poéticos en dramaturgia.

Esta mezcla compuso un espectáculo que, aún hoy, se recuerda como una de las propuestas más arriesgadas y emotivas que se hicieron como homenaje en el Centenario del poeta. La evidencia fue que más de 300 funciones y 15 países contemplaron nuestra particular mirada. 

Ahora, después de 25 años, aunque no ha llovido tanto como quisiéramos, muchas manifestaciones de las artes escénicas van entrado en la era de la Inteligencia Artificial y de la Poética del Meta-Verso, elementos contemporáneos que Federico ya apuntaba en su escritura.

Los versos crípticos, premonitorios, amargos, repletos de imágenes que sobrecogen por su belleza de POETA EN NUEVA YORK, retratan de manera contundente la esencia del poeta y en ellos se nos desnuda el Lorca mas oscuro y personal.

Esa esencia es la que he querido transmitir con este proyecto escénico-expositivo en el que Federico, muñeco de si mismo, encerrado y volátil trata de huir de sus propios versos.

“ESENCIA DE FEDERICO” es un pensamiento que aparece dibujado en el aire, que no se puede tocar y que no tiene materia, “esencia es humo, niebla, aire, poesía y vida” es la esencia de un poeta que, ahora,  hace 125 años vio la luz, una luz que nunca dejará de alumbrarnos.

José María Roca